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Hoy celebramos una advocación muy arraigada en nuestras tierras. María, bajo la advocación del Carmen es la protectora de todos, pero especialmente, los marineros la han hecho su “Stella Maris”, su Estrella del Mar. Antiguamente las estrellas servían de guía a los navegantes y marcaban el rumbo de las estelas que las barcas dejarían en el ancho océano. Hoy miles de puertos celebran esta Fiesta adentrándose en el mar con la Virgen del Carmen.

Comenzamos con la Historia y la Palabra:

Después de varias veces que Elías subió al Monte Carmelo a orar, apareció una gran señal: «Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano» (1 Rey 18, 44).

A partir de la lluvia que trajo la señal de la nube, el Monte Karmel o Monte Carmelo –cuyo nombre significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado. Las sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo.

En el s. XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María.

¿Por qué hoy? ¿qué se esconde detrás de este día?

 

 

El Escapulario!  

El Candil de María quiere poner el acento en esta prenda de amor que María dejó a la Orden.

Cuenta la tradición que el General de la Orden Carmelitana, San Simón Stock, el 16 de julio de 1251, recibió de la Santísima Virgen el Escapulario. Es un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María.

La palabra «escapulario» indica un vestido superpuesto, que llevaban los monjes durante el trabajo manual. Con el tiempo se le fue dando un sentido simbólico: el de llevar la cruz de cada día, como discípulos y seguidores de Jesús.

El Escapulario pasó a simbolizar la dedicación especial de los carmelitas a María y a expresar la confianza en su protección maternal. Se transformó en un signo mariano.

Hoy miles de personas se revisten con él como expresión del amor que sienten por María.

Algunas pinceladas de San Simón Stock

Rezaba  cada día pidiendo por su Orden:

«Flor del Carmelo

Viña floridal esplendor del cielo;

Virgen fecunda y singular;

oh Madre dulce

de varón no conocida;

a los carmelitas,

proteja tu nombre,

estrella del mar».

Se le apareció la Virgen rodeada de ángeles según la tradición del 16 de julio de 1251 y le mostró el santo Escapulario de la Orden diciéndole: «Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará».

Amó tanto a María que se le conoce con el apelativo de «el Amado de María». Otro rasgo de su espiritualidad sería su profundo amor a la Orden del Carmen, por la que oró, luchó y trabajó con denuedo admirable durante toda su vida. A él se debe la transformación de la Orden de eremita en cenobita y mendicante. A él la modificación y aprobación de la Regla Albertina. A él la expansión del Carmelo en Europa.

Una vez más descubrimos con asombro el Amor de Maria como Madre y protectora de sus hijitos

Un día más para que tu corazón se abra a su misterio maternal. Hoy, déjate sorprender!.


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